Febrero fue un mes
ocupado, lleno de trabajo y filmando muchísimo. Primero volé a Tulum para
ayudar con el nuevo videoclip de la banda de mis amigos- fue la mejor
experiencia, todos en el crew eran geniales, y a pesar de que todos venían de
Canadá nunca me sentí fuera de lugar ni nada parecido.
Kaveh, Ashley, Vlad y
yo llegamos dos días antes que los demás, fue toda una odisea hacer scout de
locaciones, comprar props, conseguir extras, y hacer pruebas de cámara en sólo dos
días. Una vez que todos estaban en Tulum nuestros días empezabarían muy temprano
en la mañana, corriendo de una locación a otra filmando sin parar, era
frenético y lo saboreé con gusto, es en esos momentos cuando me doy cuenta
de lo mucho que amo hacer esto. También hubo momentos de amena calma,
bebiendo cocos en la playa, conversaciones interminables con Ashley mientras manejábamos/pintábamos/íbamos
de compras y deliciosas cenas con todo el crew en restaurantes diferentes cada
noche. Todo era perfecto.
Aterricé en la Ciudad
de México un sábado por la noche y el domingo ya estaba en juntas para el
siguiente proyecto. El lunes fue de entrega de equipo del videoclip y conseguir
props, vestuario y demás cosas para el cortometraje. EL martes en la mañana
Diego y yo viajamos a Morelos. Manejé todo el camino, hacía bastante tiempo que
no manejaba en la carretera y se sintió bien, aunque Diego diga que soy una
terrible conductora, tal vez lo soy. En cuanto llegamos trabajamos duro para
conseguir todo lo que necesitábamos, tarea difícil siendo un día festivo en el
pequeño pueblo. Aprecio tanto cuando pasan cosas así, es divertido probarte a ti
mismo que sí puedes. Después de un largo día regresamos a la casa en la
montaña. Diego tocaba su guitarra y cantaba canciones al desierto mientras yo
miraba, preparó la cena y jugamos domino mientras escuchábamos los ruidos de la
noche. El resto de crew llegó el miércoles en la tarde, de pronto ya no existía
la quietud en la casa en la montaña. Todos hablábamos y corríamos y hacíamos,
ansiosos y emocionados de empezar a filmar, era escandaloso y perfectamente caótico.
Todo fluyó suavemente
una vez que empezamos, las cosas se acomodaron y cualquier estrés o duda
desapareció. Terminamos a tiempo y estábamos tan felices y satisfechos que se
sentía como si fuéramos un montón de niños jugando. Siempre me gusta
trabajar con Nico, no sólo lo admiro profesionalmente sino que además se ha
convertido en uno de mis amigos más cercanos en muy poco tiempo. Hicimos una
wrap party en la casa en la montaña y todos nos volvimos locos, riendo y
bailando e incluso caminando en el laberinto a medianoche.
Manejamos a la ciudad
al día siguiente y el día después de eso me la pasé en cama, estaba exhausta.
Regresé a la escuela y a la extraña rutina de estudiante, nunca puedo
acostumbrarme a eso, es demasiado tranquilo y cuando no estoy ocupada mi
cerebro comienza a crear pensamientos feos acerca de todo y vuelvo a sentirme
sola y triste.
Cuando escucho a mis
amigos y mis compañeros hablar de su futuro, de películas que aman y de sus
proyectos, me asusta el hecho de que a mí no me importa en lo más mínimo mi
carrera, no tengo planes ni tengo idea de que estoy haciendo, pero me sigo
moviendo de todas formas para que la obscuridad no me consuma por completo. Me siento
un poco perdida en medio de la nada en esta ciudad llena de ambiciosos. No puedo
escribir como solía hacerlo, me quedo trabada y pienso demasiado cada vez que
lo intento, ¿y si soy aburrida? ¿y si soy estúpida? ¿y si nada de lo que digo
tiene sentido? Tal vez ya
no tengo temas de los cuales hablar, nada nuevo que decir. Me da miedo que no
sea especial, me da miedo que siempre vaya a estar sola, me da miedo que en
realidad no sea una artista. Me da miedo que la vida no es tan importante y
significante. No lo sé, deseo tanto una aventura que a veces olvido que ya
estoy dentro de una.
No llevé mi cámara a los rodajes, pero aquí están unas fotos de iPhone :)
No comments:
Post a Comment