Me he estado negando a escribir durante ya bastante tiempo,
usando pretextos tontos para no hacerlo,
pero el día de hoy desperté decidida a romper con la apatía y escribir lo que siento.
A veces la vida me gasta bromas y me confunde, el tiempo me
preocupa y el futuro me aturde, las
promesas y posibilidades me sofocan y de vez en cuando la presión es tan fuerte
que no me deja respirar.
De vez en cuando me
pierdo a mi misma, me harto del mundo y me siento como un ave enjaulada, pero
la mayoría de las veces soy yo quien le pone el candado a la jaula. Soy de esas personas que necesitan estar en
movimiento constante, nueva gente, nuevas situaciones, nuevos retos, de lo
contrario la vida se vuelve una monotonía y sólo quiero salir corriendo. Soy un
alma libre que sólo se entrega en pocas ocasiones, pero cuando lo hago es
completamente y sin rodeos, en cuerpo, mente y alma pero si intentan retenerme a la fuerza o imponerme algo,
salgo huyendo lo más rápido posible.
La mayoría de las veces cambio de parecer vertiginosamente,
pero cuando una idea deja crecer sus raíces en mi mente es casi imposible
sacarla y la defendería a muerte. Soy
voluble y testaruda. A veces incluso orgullosa y suelo desquitarme de mis
problemas con la gente que quiero. Soy extremista y a veces exagerada, pero en
los extremos encuentro mi equilibrio.
La vida me parece abstracta y hermosa, y los hilos del
destino me son fascinantes. A veces siento como si viviera dentro de un libro,
que ya todo está escrito y aunque a veces no comprenda ciertas cosas, éstas
siempre tienen una razón de ser. Quienes somos hoy es tan solo un reflejo de
vidas pasadas, siempre somos la misma persona pero mejorada.
No se cual es el punto de éste post, en realidad creo que no
tiene uno. Pero así es la vida, no siempre tenemos que entenderla, sólo hay que
vivirla.
