De repente las palabras se quedan atoradas en la garganta y no puedo escribir, no sé qué decir. Me gusta fumar porque de alguna forma me centra, me aterriza en la tierra y su nube aclara mi mente. Entretiene mis manos ansiosas y mis labios hambrientos de cariño, quema las palabras innecesarias y me llena los pulmones de valor y tranquilidad. No sé como pero me envuelve en un manto de alguna extraña seguridad imaginaria y el momento es un poco menos caótico, un poco más mío.
Hoy no me siento bien. Y no quiero sentirme bien porque a
veces necesito no sentirme bien. No quiero que me animen ni decir palabras motivadoras
porque hoy me siento sola y llena de dudas y miedo. Hoy no quiero ser feliz
porque “tengo que”. Hoy estoy triste y rara y eso está bien. Hoy no quiero
salir y admirar nada, quiero estar aislada y ver el techo desde mi cama. No soy
un desastre y sé que la paz volverá, pero hoy no. Hoy estoy vacía y nada está
bien.
Me da miedo que mi vida sea un completo caos otra vez, que
me hunda en el dolor y la pena y no sepa cómo salir. Me da miedo la soledad
aunque trate de convencerme de que no es así.
Me da miedo ser lastimada, me da miedo querer y sentir porque se con que
intensidad lo hago. No quiero sufrir, no otra vez, no por ahora.
A veces me siento tan querida y a veces tan abandonada. A veces
amo la vida y otras ya quiero que se acabe. A veces estoy sedienta de
experiencias y a veces no quiero salir de mi cuarto. A veces soy una y a veces
soy otra.
Tengo ganas de llorar pero no quiero. No quiero que me
duela, no quiero romperme y convertirme en pedazos. Quisiera no ser tan frágil,
tan ingenua siempre, quisiera ser más centrada y pensar más con la cabeza y no
tanto con el corazón. Quisiera no ilusionarme y aprender a saber de razón. Y al
mismo tiempo no. Tal vez sería más fácil, pero entonces tal vez no sería yo.
Y a pesar de todo, en el fondo sé que todo si está bien. Y que
en realidad no cambiaría nada, aun cuando cada vez me rompa en cachitos, sigue
siendo lo más bonito. Por más efímero que fuera ésta vez, también fue la más
dulce, y en realidad no duele, sino se siente bien. Y siempre sana y vuelvo a empezar otra vez.
"Oraciones a la nada ,Sentimientos de neón" S.
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